Volantazo

Y cuando parecía que lo teníamos todo encaminado, la vida nos da un giro de 180º…nuestra “black week” del año.

Justo un día antes del juicio, despiden a Marc; nuestra garantía económica al garete; la posibilidad de cogerme una excedencia se difumina. No podemos estar los dos sin percibir ningún sueldo, por mucho que nos quitemos de encima la carga de pagar nuestro alquiler y las facturas que lo acompañan.

Y con ese peso sobre la espalda, nos enfrentamos a un juicio muy poco alentador. O sea, no sólo cabía la posibilidad de que no pudiera coger una excedencia y tuviese que seguir trabajando, sino que encima a la justicia le parecía más que razonable que tuviera que negarle a mi hija mis cuidados y su lactancia a demanda durante dos días a la semana, porque la empresa ya me da un bono guardería y una jornada reducida.

[Aprovecho para quejarme públicamente (este párrafo te lo puedes saltar, aunque te recomiendo que no lo hagas):

  1. Las prioridades en esta sociedad están invertidas: no hay que cuidar a las empresas que ofrecen puestos de trabajo, hay que cuidar a las familias que ocupan puestos de trabajo. Es patriarcal defender la patronal.
  2. La conciliación familiar no debería consistir en externalizar los cuidados, sino en facilitarlos, gracias.
  3. Las empresas no dan reducciones de jornada, a no ser que te sigan pagando lo mismo por ocupar tu puesto de trabajo menos horas.
  4. La lactancia materna es un derecho humano que las empresas no deberían tener poder para vulnerar.]

Marc estaba más triste y decaído, pero, por alguna razón, yo no encontraba motivos suficientes para el pesimismo, sino todo lo contrario. Después de reorganizar nuestras perspectivas y planes, casi parecía que nos hubieran hecho un favor con ese despido:

  • Mi situación: no podía coger una excedencia ahora, la perspectiva de tener que abandonar a Mïa para ir a la oficina me seguía generando ansiedad; así que mientras no tuviera una sentencia judicial que me diera permiso para teletrabajar, yo sólo podía seguir de baja.
  • La situación de Marc: cobrando paro sin trabajar, hasta volver a cobrar sueldo teletrabajando.

Es decir, los dos con todo nuestro tiempo para dedicárselo a Mïa, ¿qué mejores condiciones para viajar en familia podíamos tener?…Bueno, pues que no estuviésemos limitados a quedarnos por España, en torno a Cataluña, pues yo tendría que acudir a las citas médicas de revisión de la baja, y Marc tendría que sellar el paro. Pero nos daba igual, España tiene mucho que ofrecer también. Lo importante no es el destino, sino la experiencia y la compañía.

En definitiva, nos hemos visto obligados a dar un volantazo, pero no nos hemos salido de la carretera.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *